martes, 29 de diciembre de 2009

Crisis de la representación social y política: el caso de las Juntas de Vecinos y la división de la Coordinadora en Jaina

Por Carlos Arias


Madrid.- La división de la coordinadora es una desgracia que debe ser superada. El movimiento vecinal se ha quedado en la práctica sin representación. Seguir Leyendo...

He dado seguimiento cercano al desarrollo de las actividades sociales y políticas en nuestro municipio en las ultimas dos décadas. En este periodo uno de los fenómenos que más estupor me causa es la partidarisaciòn de las juntas de vecinos, y de manera especifica uno de los resultados generados por este fenómeno: la división de la Coordinadora de Juntas de Vecinos Santiago Castro.

Por considerar que es este un evento de radical importancia en la realidad social municipal, procuro compartir mi desazón de manera que conociendo y debatiendo el fenómeno podamos subsanarlo antes de que se convierta en una situación curada por el tiempo y nos venzan por cansancio. Intento hacer un análisis en la línea del titulo de este artículo, ojalà que aquellos que lo lean dejen sus comentarios a fin de reflexionar sobre este tópico.

ANTECEDENTES:
Desde mi punto de vista la historia social del municipio de Haina se divide en antes y después de la fundación de la Coordinadora de Juntas de Vecinos. Esto lo digo por que antes de la existencia de esta entidad eran muy escasas las formas organizativas que tomaran el territorio como espacio básico de motivación y fomento de su acción. Otras entidades que se relacionan de manera directa con el territorio son los clubes barriales, pero su naturaleza y función es distintas a la de las Juntas de Vecinos (JVs).

En Jaina el referente más cercano en importancia y potencia lo fue el formidable esfuerzo institucional y reivindicativo que constituyeron los sindicatos de trabajadores sobre todo los asociados a la existencia del Ingenio Rió Haina. (IRH). Los sindicatos son organizaciones de carácter reivindicativo y sectorial y es por eso que inmediatamente desaparece el Ingenio se lleva con él todas las iniciativas organizativas relacionadas con su actividad fabril. No es así en el caso de las JVs. Estas son entidades enraizadas en la tierra, representan las reivindicaciones sociales y hasta económicas de los pobladores, por su naturaleza son eternas aunque pueden evolucionar y transformarse, pero mantienen siempre su carácter telúrico y su naturaleza de agrupamiento de residentes o habitantes de un territorio que en nuestra realidad sociopolítica o geopolítica llamamos barrios o ensanches. Siempre desde mi opinión, considero que las JVs es una de las formas más efectivas de participación política de los sectores populares. Claro está, las formas de organización que conocemos hoy como JVs deben ser mejoradas sustancialmente en su estructura y planteamientos, así como en su organización jurídica. Las Juntas de Vecinos carecen en nuestro país de legislación que las norme y les de soporte jurídico.

Las JVs son las herramientas de participación política de los pobladores, las cuales atendiendo a su naturaleza y carácter deberían ser antagónicas a los partidos políticos. Los partidos políticos son las maquinarias de administración del espacio político, en cambio las JVs son organismos de administración y proposición de las aspiraciones de la gente que habita un territorio, determinado por variables culturales, geográficas y sociales en un municipio.


LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LAS JUNTAS DE VECINOS JVS
Los partidos políticos se han propuesto (y hasta ahora lo han logrado) partidarizar toda las actividades de la vida civil en la sociedad dominicana. De forma específica lo que buscan es atraer a los entornos partidarios de uno u otro signo todas formas corporativas de organización de la población. Este es un fenómeno observable en las elecciones de los gremios profesionales, médicos, maestros, abogados, ingenieros y demás gremios, lo mismo ha pasado con las Juntas de Vecinos

Cuando los partidos políticos se apoderan de los centros de mando de las Juntas de vecinos se subvierte el orden de elaboración de las prioridades institucionales en desmedro de la entidad más débil. La elaboración de las tareas y las acciones ya no obedece a las necesidades y reivindicaciones de las comunidades y barrios sino que atiende a las urgencias de las candidaturas y aspiraciones políticas de turno. Las comunidades y barrios se convierten así en laboratorio político de los partidos.

Las Juntas de Vecinos le sirven para oxigenar las relaciones con los electores, visto el descrédito acumulado por los partidos luego de años de demagogia y corrupción que ha llevado a la perdida de confianza en sus planteamientos. Las juntas de vecinos solo tiene una opción diferenciarse y empoderarse. Seguir bailando la música que tocan los partidos solo conduce al descrédito y a la desaparición por la desconfianza acumulada de los pobladores quienes construirán una nueva forma de organización barrial que les sea fiel y útil a sus propósitos.


EL CONCEPTO DE EMPODERAMIENTO.
El concepto de empoderamiento se utiliza en el contexto de la ayuda al desarrollo económico y social para hacer referencia a la necesidad de que las personas sujetos de la acción de desarrollo se fortalezcan en su capacidad de controlar su propia vida.

También puede ser interpretado el empoderamiento como un proceso político en el que se garantizan los derechos humanos y justicia social a un grupo marginado de la sociedad.

Sólo se logra un cambio significativo en el desarrollo de las sociedades si se cuestionan directamente los patrones de poder existentes. Una definición positiva concibe este término como el poder de hacer, de ser capaz, así como de sentirse con mayor control de las situaciones. Según este enfoque, el individuo tiene un rol activo y puede actuar en cualquier programa de cooperación gracias a la actitud crítica que ha desarrollado. Esta noción rompe con la idea de que el individuo es un ser pasivo de la cooperación y pasa a convertirse en un actor legítimo.

LA DIVISIÓN DE LA COORDINADORA UN DESGRACIA QUE DEBE SER SUPERADA
A raíz del pasado congreso de Juntas de Vecinos de la Coordinadora Santiago Castro las apetencias políticas de las fuerzas actuantes en el espectro político de Jaina no lograron ponerse de acuerdo en una plancha unitaria y optaron por dividirla. Con esta acción las organizaciones partidarias cometieron un acto perverso, pero propio de su naturaleza: despojar a la población de un instrumento de lucha por demandas sociales acumuladas insatisfechas.

En la actualidad los retazos de la antigua coordinadora ahora no son más que bocinas de los centros de mando político locales. El movimiento vecinal se ha quedado en la práctica sin representación.

Los lideres o dirigentes vecinales actuales se debaten en dos perspectivas, una: los que apoyan el partido de gobierno actual y por ello están en las nominas publicas y disfrutan del boato y el festín del poder. Y, los que están fuera y esperan que su acción en este acontecimiento les proporcione prestigio suficiente para disfrutar de lo mismo cuando le toque el turno a su sector político. Se puede decir más alto pero no más claro.

En consonancia con esta realidad se impone que los sectores políticos y comunitarios progresistas y alternativos se propongan construir un espacio de coordinación del movimiento barrial comunal, con la suficiente claridad y fortaleza para que sea inmune al control de las fuerzas políticas tradicionales, de lo contrario veremos como cada día se oscurecerá mas el ambiente social y político de nuestro municipio.

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