No sólo los conductores del transporte público son los dueños del país. En adición a los atemorizantes motoconchistas y patanistas, hay muchos ciudadanos que, además de manejar temerariamente, se apropian de las vías. Como aquellos, que ocupan el segundo y tercer carril para doblar a la izquierda, en vez del primero, o los que se detenienen en un semáforo en el carril de la derecha y nadie puede doblar hasta que esos individuos quieran. Seguir leyendo...
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