Ese día venía de lo mٕmás tranquilo por el tubo, cuando al otro lado apareció uno de los muchachos más fresco del barrio El Distrito, gritando a voz en cuello: "Hoy estoy que me peleo al puño con el más bonito”, sin miedo pero con precaución, fijé la mirada al otro lado del charco, y en un momento, ¡Resbalé y me fui de cabeza a Ñagá con todo y cantina! En un abrir y cerrar de ojos ya yo estaba afuera en la orilla con mi cantina en mano!. Seguir Leyendo...
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