Se ríe con la muela de atrás cada vez que ve un plato de locrio... Y es que hay tentaciones terribles, insoportables, inmensas. Hay tentaciones que duelen y que no se pueden evitar (como toda buena tentación). Y eso le sucede a Rubby Pérez. Pues sí, el merenguero llegó a casa de un amigo a las 2 de la mañana detrás de un locrio de arenque con aguacate. Porque Rubby puede no comprarse la Hummer del año, pero si estamos hablando de locrio… es que no puede, no puede, no puede. (MasVip.com)
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