lunes, 29 de junio de 2009

Siempre habrá un motivo para celebrar

Por Enmanuel Ventura

No se equivocó el que dijo una vez que los dominicanos somos un país muy especial. Tenemos características únicas y cuando de celebrar se trata siempre decimos presente porque no nos gusta quedar mal y correr el riesgo de que no se nos vuelva a invitar. Seguir Leyendo...

No es casual que tengamos tantos días festivos en nuestro calendario. Iniciando con el año nuevo desde el primer día comenzamos celebrándolo, sigue la fiesta de los niños, día de los reyes magos. En este mismo mes celebramos el día de la virgen de la Altagracia y el nacimiento de nuestro padre de la patria Juan Pablo Duarte. En febrero tenemos tres grandes celebraciones, San Valentín (día del amor y la amistad), el Carnaval y nuestra Independencia Nacional. En marzo algunos celebran que se acerca la Semana Santa que es en abril.
El primer día del mes de mayo es el día del trabajo, ironía de la vida, ese día se celebra en vez de trabajarlo. El último domingo de este mismo mes se celebra el día de las madres y cuando hay elecciones el 16 no se trabaja, pero el 17 no se da un golpe esperando los resultados. En junio, julio y agosto se celebran Corpus Christi, Los Padres y la Restauración. Le siguen las Mercedes, La Constitución y llega diciembre donde cada día de este mes es un motivo para celebrar.
No conformes con celebraciones durante prácticamente todo el año, también celebramos, los cumpleaños de familiares y amigos, el nacimiento de un hijo, una graduación, una maestría, un ascenso, una firma en la pelota, una formalización de noviazgo, el matrimonio, el bautizo, la obtención de una visa, cuando salen los papeles de residencia americana, sacarse la lotería, salir ileso de un accidente, cuando gana cualquier dominicano en una competencia o concurso a nivel nacional e internacional, un nombramiento en el gobierno, cuando gana el equipo favorito, cuando se compra una casa, un carro y hasta cuando se anuncian huelgas se celebra para aprovechar esos días y descansar.
Por todo lo antes expuesto, es que sostengo que siempre habrá un motivo para celebrar.

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