HAINA.- Los moradores de los barrios ubicados próximos al vertedero de Haina no soportan más la situación que viven cada día. Los malos olores que desprende el vertedero, las enfermedades, picaduras de mosquitos y plagas completan el cuadro de las penurias diarias que atraviesan, a lo que se suma el humo que desprende desde hace dos semanas los incendios de la basura. Seguir Leyendo...
Ante esta alarmante situación por el grado de contaminación y la pésimas condiciones que se vive en el lugar, mujeres, junto a sus hijos, salieron a clamar que el vertedero sea eliminado, ya que llevan años viviendo en esa situación.
"Los niños tenemos el derecho de crecer sanos" y "debemos cuidar el medio ambiente y la capa de ozono" eran los mensajes de los carteles que sujetaban los niños en sus manos, mientras estaban a la interperie y con la basura y el lodo que a sus pies. Los niños y sus madres piden que el problema sea resuelto "de una vez y por todas".
Una madre desesperada es Elida Santana, quien explica que el humo enferma a niños y adultos. Afirma que en ese barrio hay personas malogradas y que existen adultos y niños con hongos en la boca, que no se curan por la contaminación.
Santana reclama además que les restablezcan los servicios básicos de agua y luz, porque según ella "sólo tenemos basura". Franklin Reyna, mécanico y residente en la zona, apoya que quiten el vertedero y exige que se controle la delincuencia.
Ante esta situación lo más afectados son los niños y jóvenes que son más vulnerables a las enfermedades producidas por los contaminantes que se generan.
Las imágenes son tétricas: niños y sus padres buscan entre la basura el sustento para sobrevivir. ¿A quién culpar? ¿a los padres, las autoridades o a la sociedad?
A pocos kilómetros del dantesco escenario, algunos niños disfrutan jugando con sus amiguitos en un campamento, mientras que los de menor suertes se divierten dentro de la basura moviéndola y buscando de que sobrevivir.
A FAVOR DE SU PERMANENCIA
Aunque la realidad es drástica y fuerte, también está el caso de aquellos padres que se dedican a bucear en el vertedero. Ellos reconocen que es un problema que afecta a la salud de su familia, pero se oponen a que el vertedero sea eliminado porque ese es su único sustento.
Es el caso del señor Finger Tomas, quien lleva 20 años trabajando en dicho vertedero buceando dentro de la basura, espera cada día que llegue un camión para ver qué consigue y de esta forma poder mantener a su familia.
Él al igual que sus compañeros ha criado a su familia con el fruto de este trabajo, que interesa a muy pocos. Aclara que no son ellos que les prenden fuego al vertedero, como se ha informado en otras ocasiones y como denuncia el sindico del municipio, Luís Concepción.
Tomas dijo que los incendios se producen con los rayos del sol y con los químicos que se vierten en ese lugar.
"Los niños tenemos el derecho de crecer sanos" y "debemos cuidar el medio ambiente y la capa de ozono" eran los mensajes de los carteles que sujetaban los niños en sus manos, mientras estaban a la interperie y con la basura y el lodo que a sus pies. Los niños y sus madres piden que el problema sea resuelto "de una vez y por todas".
Una madre desesperada es Elida Santana, quien explica que el humo enferma a niños y adultos. Afirma que en ese barrio hay personas malogradas y que existen adultos y niños con hongos en la boca, que no se curan por la contaminación.
Santana reclama además que les restablezcan los servicios básicos de agua y luz, porque según ella "sólo tenemos basura". Franklin Reyna, mécanico y residente en la zona, apoya que quiten el vertedero y exige que se controle la delincuencia.
Ante esta situación lo más afectados son los niños y jóvenes que son más vulnerables a las enfermedades producidas por los contaminantes que se generan.
Las imágenes son tétricas: niños y sus padres buscan entre la basura el sustento para sobrevivir. ¿A quién culpar? ¿a los padres, las autoridades o a la sociedad?
A pocos kilómetros del dantesco escenario, algunos niños disfrutan jugando con sus amiguitos en un campamento, mientras que los de menor suertes se divierten dentro de la basura moviéndola y buscando de que sobrevivir.
A FAVOR DE SU PERMANENCIA
Aunque la realidad es drástica y fuerte, también está el caso de aquellos padres que se dedican a bucear en el vertedero. Ellos reconocen que es un problema que afecta a la salud de su familia, pero se oponen a que el vertedero sea eliminado porque ese es su único sustento.
Es el caso del señor Finger Tomas, quien lleva 20 años trabajando en dicho vertedero buceando dentro de la basura, espera cada día que llegue un camión para ver qué consigue y de esta forma poder mantener a su familia.
Él al igual que sus compañeros ha criado a su familia con el fruto de este trabajo, que interesa a muy pocos. Aclara que no son ellos que les prenden fuego al vertedero, como se ha informado en otras ocasiones y como denuncia el sindico del municipio, Luís Concepción.
Tomas dijo que los incendios se producen con los rayos del sol y con los químicos que se vierten en ese lugar.
Fuente: La opción digital
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