martes, 25 de noviembre de 2008

Las mariposas vuelan alto

Por Robert Sánchez de Clave Digital
Los nombres de las Mirabal siguen creciendo y trascendieron hace tiempo las fronteras de su tierra natal. Su ejemplo de resistencia, su martirologio, son banderas contra la violencia donde quiera esta se exprese, sea política, social, religiosa, familiar o de género.

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El 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54/134, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Por medio de esta declaración se solicita a gobiernos y a organizaciones nacionales e internacionales promover actividades para sensibilizar a la opinión pública sobre la violencia en general, en especial la política y la social, sobre todo la que se expresa contra la mujer. Llama a generalizar el repudio y la condena contra la violencia de género y a promover políticas para su erradicación.
El sitio de Internet de la Biblioteca Dag Hammarskjold al referirse a la fecha dice que esta “… fue elegida como conmemoración del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo (1930-1961)”.
Los nombres de las Mirabal siguen creciendo y trascendieron hace tiempo las fronteras de su tierra natal. Su ejemplo de resistencia, su martirologio, son banderas contra la violencia donde quiera esta se exprese, sea política, social, religiosa, familiar o de género.
Pero también son banderas de la lucha por las libertades, la democracia y el bienestar, objetivos que guiaron sus luchas, constituyeron su ideal y provocaron el odio del Tirano.
Los nombres de sus asesinos solo afloran a la luz para relacionarlos con desechos humanos, seres insoportablemente viles y serviles. Cada vez se hunden más en la tierra o en la condena universal los que escaparon a la muerte y arrastran sus cuerpos de gusanos agachados y perseguidos por sus crímenes.
En cambio, sus víctimas, crecen cada día en el amor y el respeto del mundo.
Visitar el museo de las Hermanas en Ojo de Agua, en Salcedo y escuchar los testimonios de la hermana viva que de tía devino en madre de todos los huérfanos, es renovar el credo de libertad, reconfirmar el compromiso para que no vuelva a pasar y refrescar los ojos en las lágrimas inevitables, como si el suceso acabara de ocurrir.
Las mariposas vuelan cada vez más alto y nunca detienen su vuelo.
Es que como dice Manuel del Cabral en este poema inmenso que tituló Aire Durando, “es que hay muertos que van subiendo, mientras más su ataúd baja”
¿Quién ha matado este hombreque su voz no está enterrada?
Hay muertos que van subiendoMientras más su ataúd baja...
Este sudor, ¿por quién muere?¿Por qué cosa muere un pobre?
¿Quién ha matado estas manos?¡No cabe en la muerte un hombre!
Hay muertos que van subiendocuanto más su ataúd baja...
¿Quién acostó su estaturaque su voz está parada?
¿Quién acostó su estaturaque su voz está parada?
Hay muertos como raícesque hundidas... dan fruto al ala.
¿Quién ha matado estas manos,este sudor, esta cara?
Hay muertos que van subiendoCuanto más su ataúd baja...
Manuel del Cabral

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